De acuerdo con las Autoridades Indígenas Nasa de Sa’th Tama Kiwe en Caldono, Cauca publicadas por el Consejo Regional Indígena del Cauca, la revista Semana publicó un reportaje discriminatorio en el que hace señalamientos “temerarios” y “discriminatorios” contra los pueblos indígenas y contra la Jurisdicción Especial Indígena. Además de presentar respaldos y antecedentes a esta aseveración, las Autoridades hacen exigencias al medio de comunicación para que se retracte y repare de manera “proporcional y suficiente” el daño causado.
Complementan ésta declaración y exigencia con otras dos resoluciones. Manifiestan su disposición y recomiendan que se investigue y esclarezca en “todas las zonas del CRIC”, desde el derecho propio y con “todas las garantías” si hay o no lugar a estas acusaciones y señalamientos, para que no quede ninguna duda y para “limpiar el Wee Wala-sucio” si fuera necesario y reiteran la necesidad de que el CRIC establezca una posición política consultada frente al narco tráfico
Colombia es un país sometido al poder de mafias. De un orden mafioso que viene de las élites del poder al más alto nivel. Mafiosidad que se va convirtiendo en una cultura y amenaza con ocupar todos los ámbitos de la sociedad. Al mismo tiempo que las Autoridades Nasa emiten ésta resolución, el “Presidente Uribe”, siguiendo su establecido modus operandi, ha establecido una Cadena de Mando bajo su control directo que queda expuesta una vez más como capo de mafias cuando su abogado, actuando en su representación responde por acusaciones con pruebas contundentes, por comprar testigos y testimonios para señalar a quienes acusan al capo por sus acciones criminales. Los victimarios son convertidos en víctimas y quienes investigan la verdad son señalados y sometidos a la “justicia”.
La (in)justicia en Colombia: un medio juzga, señala y condena violando, usurpando el derecho a la defensa y debido proceso y un “presidente eterno” se sirve de la ley para amenazar, sobornar y perseguir. Justicia es la verdad de los pueblos que empieza por reconocer y corregir las faltas para restaurar siempre el equilibrio y la armonía. No la maquinaria al servicio del poder y del despojo: ¡La respuesta es la verdad!